Ucrania rechaza ultimátum ruso sobre Mariupol, que resiste el asedio
Rusia había dado un ultimátum a las autoridades ucranianas para que las
fuerzas ucranianas se rindieran a cambio de evacuar a los residentes de
la sureña ciudad portuaria y evitar la destrucción de su
infraestructura. Sin embargo, Zelenski desafiante rechazó la oferta.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, rechazó este lunes la exigencia de Rusia de que el Ejército ucraniano entregue la asediada Mariupol a cambio de evacuar a los residentes de la sureña ciudad portuaria y evitar la destrucción de su infraestructura.
Tras un rápido avance terrestre y de rodear varias ciudades al inicio de la invasión a Ucrania, el Ejército ruso parece embarcado en una guerra de desgaste que incluye, cada vez más, misiles de largo alcance disparados desde barcos en el mar o desde Rusia.

Ucrania bajo fuego desoye ultimatum ruso y rechaza la entrada mariupol
En la norteña Kiev, la capital de Ucrania, un centro comercial
ubicado en el barrio de Podil, cerca del centro, humeaba este lunes
todavía luego de haber sido blanco el domingo por la noche de un
bombardeo ruso que dejó ocho muertos, según informaron los servicios de emergencia.
El ataque destruyó el complejo comercial, de diez pisos, que quedó
carbonizado hasta los cimientos, y cada ventana de un alto edificio
contiguo, así como un estacionamiento y un gimnasio que está en la misma
manzana.
El Ministerio de Defensa ruso dijo que el
centro comercial era usado por el Ejército ucraniano para almacenar
armas y municiones y que fue atacado con "armas de precisión de largo
alcance".
También este lunes, autoridades de la sureña Odesa, el puerto
más importante de Ucrania, dijeron que la ciudad a orillas del mar Negro
sufrió su primer bombardeo ruso desde el inicio de la invasión, que dañó algunas viviendas pero no provocó muertos.
La Municipalidad de Odesa dijo que el bombardeo fue efectuado desde barcos en el mar Negro.
Autoridades denunciaron además un ataque ruso contra una planta química en Sumy, en el noreste de Ucrania, que provocó una fuga de amoniaco "altamente tóxica", así como otro a un centro de entrenamiento militar en el Oeste, ambos con misiles crucero.
Rusia
dijo que la fuga fue una "provocación planeada” por Ucrania para acusar
falsamente a las fuerzas rusas de un ataque químico, y que 80 soldados
ucranianos y combatientes extranjeros murieron en el bombardeo al centro
de entrenamiento en la provincia de Rivne.
La sureña ciudad de Mariupol ha sido de las más golpeadas por el
conflicto, sometida desde hace más de tres semanas a un sitio y a
constantes bombardeos, en lo que autoridades de Ucrania y de países
occidentales han calificado de crimen de guerra.
La ciudad, sobre el mar de Azov, está sin luz, agua ni calefacción, y casi sin alimentos y medicamentos.
Antes de la guerra, tenía
430.000 habitantes, pero se estima que una cuarta parte se fue apenas
empezó y que decenas de miles salieron de ella por "corredor
humanitario" la semana pasada, tras varios intentos de evacuación frustrados por persistentes combates.
El domingo por la noche,
el Ministerio de Defensa ruso emplazó al Gobierno ucraniano a
entregarle el control de Mariupol esta madrugada a cambio de evacuar a
civiles y combatientes a través de dos corredores, uno con destino a
Rusia y un segundo a otras partes de Ucrania.
Desafiante, Zelenski rechazó la exigencia.

Ucrania "no puede aceptar ningún ultimátum de Rusia", dijo
el presidente, y agregó que no se rendirán ni Mariupol, ni Kiev, ni la
oriental Jarkov, la segunda ciudad del país, también asediada y
bombardeada intensamente.
"Tendríamos que estar
todos muertos y solo entonces se cumpliría su ultimátum. Ni los
habitantes de Jarkov, ni los de Mariupol, ni los de Kiev, ni yo, el
presidente, podemos hacerlo", dijo en una entrevista con la radio
pública ucraniana.
Además, dijo que cualquier
"compromiso" que se alcance en las negociaciones en curso con Rusia para
detener la invasión deberá ser sometido a un "referéndum" en Ucrania.
Horas antes del ultimátum ruso, un bombardeo en Mariupol alcanzó una
escuela de arte donde estaban refugiadas unas 400 personas, dijeron
autoridades.
El gobierno municipal dijo que el
edificio fue destruido por el ataque y que podría haber personas bajo
los escombros, aunque no reportó víctimas.
La
semana pasada, una bomba destruyó un teatro en Mariupol donde había
civiles refugiados. Autoridades dijeron que 130 de ellos fueron
rescatados del teatro, pero que muchos más podían seguir bajo los
escombros. Rusia negó haber atacado el teatro.
Autoridades de Mariupol dicen que más de 2.300 personas murieron en
ataques desde el inicio de la invasión rusa, el 24 de febrero.

La operación militar rusa ya provocó la huida de Ucrania de casi
3,4 millones de personas, según el organismo de la ONU para los
refugiados.
La ONU dijo haber podido
confirmar la muerte de más de 900 civiles como resultado de la operación
militar, pero aclara que la cifra real seguramente es mucho mayor.
Mariupol es de gran importancia estratégica para Rusia,
porque su captura le permitiría juntar sus fuerzas presentes en el sur y
este de Ucrania y establecer un puente terrestre hacia Crimea, la
península ucraniana que Moscú se anexionó en 2014.
Varias rondas de conversaciones en persona entre Rusia y Ucrania han
continuado por videoconferencia, pero por ahora no han logrado acercar
posiciones muy opuestas.
Rusia exige que Ucrania se desmilitarice y se declare neutral, mientras que Kiev pide la retirada de las fuerzas rusas de todo su territorio y ciertas garantías de seguridad.
El miembro de la delegación ucraniana David Arajamia dijo a Pravda que
este lunes hubo una sesión de diálogo de 90 minutos entre los jefes
negociadores que se iba a seguir de toda una jornada de conversaciones
divididas en subgrupos de delegados.
El
presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene previsto viajar esta
semana a Europa para participar el jueves de una cumbre extraordinaria
de la OTAN en Bruselas por la guerra en Ucrania. También está invitado a
una cumbre de la Unión Europea.
El sábado visitará Polonia, que limita con Ucrania y ha recibido a más de 2 millones de refugiados de guerra.
En Rusia,
la Cancillería advirtió que las relaciones con Estados Unidos "estaban
al borde de la ruptura" por "declaraciones inaceptables", al parecer en
alusión a que el presidente estadounidense calificó la semana pasada a
Putin de "criminal de guerra".
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