Su mamá, Laura Santi, y su papá, Luis Reynoso, integran la red "Mini Vacuname, peques en riesgo", que luchó por conseguir una vacuna segura para los chicos en Argentina. No conformes con la vacuna Sinopharm, que adoptó Argentina para menores con comorbilidades, de 3 a 11 años, decidieron pedir al Gobierno uruguayo una vacuna Pfizer-BioNTech pediátrica para su hija.
El pasado viernes 14 de diciembre, Maia recibió la primera dosis en Montevideo. Fue gratuito y con toda la ayuda necesaria para que la familia pudiera llegar a Uruguay. “Nuestra hija es una de tantos chicos con comorbilidades, a los que el Gobierno argentino no les da la posibilidad de tener una vacuna que esté probada en su eficiencia”, sostiene Laura.