UAP Noticias
dialogó con el Mag. Marcelo Falconier, rector del Instituto Superior
Adventista del Plata (ISAP), que funciona en el campus de la Universidad
Adventista del Plata (UAP), acerca de lo que dejó el 2021 y sobre las
expectativas que trae el año nuevo.
La educación, como valor sustancial de cualquier sociedad, es un fundamento que motiva y genera certidumbre sobre el futuro. ¿Por qué? Sus bondades sostienen la identidad y determinación de las personas para enfrentar los desafíos, adaptándose y sobreponiéndose a las situaciones que se presenten.
El ISAP, como establecimiento de formación docente, concentra en su función la responsabilidad de capacitar docentes, profesionales cuyas competencias respondan a las demandas sociales actuales y que tengan la visión suficiente para proyectarse en un futuro dinámico.
Cercano a finalizar el 2021 y apreciando la capacidad de síntesis del Mag. Falconier, se le consultó sobre el balance que realiza, ya transcurrido un año que trajo sus debates y desafíos, desde la responsabilidad de habilitar docentes en un escenario tan cambiante, a lo que expresó: "Este compromiso del equipo que conforma el Instituto, y que asumimos en cada día, contempla este impacto en la comunidad. Esto se complejiza pensando en los desafíos que se presentan convencionalmente, sumados a los que catalizó la pandemia iniciada en 2020, y donde debemos adherir la posibilidad de la vuelta a la presencialidad, que trajo lo suyo: modalidad híbrida, aforos, trabajo por burbujas, etc. Más allá de todo esto, aprendimos mucho".
Pero estas dificultades no amenazaron la prosecución de los objetivos
programados: "A pesar de los desafíos, del cansancio evidente del
recurso humano y de atenernos al impacto que este proceso tendrá en el
futuro, tuvimos un buen año –remarca el Mag. Falconier–. Pensando en
alguno de estos factores, las experiencias de aprendizaje, contando el
involucramiento del plantel docente y de gestión, este año proveyó de
una rica experiencia, de muy buenos resultados, proceso que nos permite
en este momento ya estar trabajando en la articulación de este año con
el 2022".
En esta instancia de la conversación, preguntamos al rector del ISAP acerca de cuál fue la reacción de los jóvenes que eligieron esta vocación, en este marco tan desafiante, a lo que consignó: "Cada uno de ellos es la razón de ser del Instituto. Y, tal cual pudimos detallar, ellos sufrieron y continúan viviendo el impacto que esta inercia imprevista dejó en cada grupo que compone el proceso educativo. En esa instancia de volver al aula, de comenzar a revivir esta experiencia y, amparados en las normativas preventivas, pudimos generar instancias de socialización propiciadas por encuentros diversos, actividades espirituales, pensando en que, en este período, teníamos estudiantes que en estos dos años era la primera vez que pisaban este campus. Y, en muchos sentidos, esto podemos calificarlo como un renacer".
La formación docente es una empresa que el ISAP lleva adelante con un compromiso social inquebrantable y con la cosmovisión cristiana y de servicio que identifica a esta Casa de altos estudios.